La Misión

Argentina se encuentra bajo el yugo del sistema mundial: el capitalismo. Pero no solo eso sino que también se encuentra sometida a una oligarquía vendepatria y traidora. La ideología mundial quiere imponer el globalismo, la extinción del estado-nación y la erradicación de las fronteras. Eso acompañado de la atomización en individuos de las comunidades nacionales.
De triunfar nos encontraríamos en el final de la historia, tal y como ya nos lo anunciaron. Pero hay una opción a este final. Esta la posibilidad de luchar por un nuevo mundo, uno mas justo, mas bello, mas libre en el cual nuestra nación pueda finalmente lograr alcanzar su potencial y ser libre.
Ninguna ideología es suficiente ni ninguna teoría es totalmente cierta. Por lo que la mejor idea, el mejor horizonte es el del fascismo o la del nacional-revolucionarismo.
Al poner a la nación como sujeto, como máxima y mejor unidad, nos ponemos por encima de los liberales individualista y su egoísmo y también de los universalistas que ignoran las particularidades que hacen de este mundo un lugar tan diverso e interesante.
Es el rol de los nacionalistas revolucionarios, de los fascistas el de poner en marcha la esperanza por una nación gloriosa y un mundo mejor

¡Por la victoria total!